“Sant Hipòlit, creu i lluna
agermana al moro i cristià”
En todo himno dedicado a nuestros patronos se suele poética y musicalmente presentar la esencia de aquello que se celebra. Lo mismo que nos ocurre en el himno de la Mare de Déu “ Entonemos un himno de gloria a la Reina la Madre de Dios”, nos ocurre con San Hipólito.
No puedo menos que dar gracias a Dios por vuestro sentir y celebrar, y unirme a vosotros en esta celebración al mártir de Jesucristo. Ya hace un año que estoy con vosotros y quisiera que juntos progresemos en un conocimiento interno de nuestro mártir san Hipólito para junto con él acercarnos a Jesucristo.
El mártir nos une a Cristo, como cruz y luna se unen ante el creador, y el moro y el cristiano ante el mandamiento del amor y nos hace a todos hermanos. Ha sido por muchos coreado que las fiestas de Moros y Cristianos han unido realidades tan dispares como el patrono y el obrero en estos pueblos del alrededor de la Sierra Maríola, pueblos de industria y progreso, donde el factor religioso ha sido y es un factor integrador, incluso en los años sesenta donde se propició una integración de gentes inmigrantes del interior de España e incluso de muchas gentes del campo que se integraron en la fábrica buscando pan para sus hijos.
Hoy tenemos grandes retos que hacer donde la fiesta sea una experiencia profunda de conversión para que esta tenga una proyección de futuro. Algunos creen que solo tendrá futuro si consigue adecuarse a las realidades modernas. A mi pobre parecer ni la integración de la mujer, ni que pase a no pase la fiesta al fin de semana puede ser garantía de futuro, tan sólo una verdadera conversión del corazón a Dios podrá ser signo de que la fiesta es eterna y no caduca, y sólo la conversión hace que la fiesta no sea tradición sino integración y experiencia profunda de la Pascua, donde Cristo me ha sanado y me ha devuelto a la vida.
Que peligrosas y dañinas son esas afirmaciones “de que siempre se ha hecho así”, o que esta fiesta es de “ hombres”… Son afirmaciones que nos recuerdan que equivocados estamos, es una visión cerrada propia de nacionalismos excluyentes y caducos, que lejos quedan del sentido de catolicidad y pertenencia un pueblo que se siente salvado y querido por Dios.
Quisiera tener una última llamada de corresponsabilidad a cuantos pertenecen a la comunidad parroquial, de celebrar y participar en cuantos actos se celebran a nuestro patrón san Hipólito y sea signo de una comunidad cristiana adulta bajo las notas de unidad y comunión.
Recibid un cordial saludo y os deseo unas felices fiestas a nuestro patrón san Hipólito.
Mossèn Ramón Micó i Colomer
Párroco de El Raval.
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